El panorama no es tan pesimista como suele
aparentarse, sin embargo, es importante señalar esos focos rojos para mejorar
las condiciones “no tan buenas” del mercado latinoamericano.
Quiero aclarar que, jamás plantee un mercado con
un panorama “perfecto” ni mucho menos “utópico”. Simple y sencillamente me veo
en la necesidad de denunciar los problemas anteriormente expuestos.
Y la clave del futuro está en innovar, cuidar el
medio ambiente y proteger todo el ciclo de la materia prima desde el productor
hasta el consumidor para que sea más justo para todos.
Obviamente los precios y demás variantes se
deben ajustar a un mercado global y en activo movimiento. Es por eso que la
necesidad de un cambio se hace cada vez más prudente.
Concluyo con que se debe trabajar en ello, en
los productores, campesinos, PIMES (pequeñas y medianas empresas), Empresas
transnacionales, gobiernos y sobre todo, de manera individual apoyar desde
nuestras trincheras la economía de nuestras naciones. Por supuesto, sin llegar
a una obsesión nacionalista.
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